¡Ah, por cierto! Se me olvidaba. Lo del “a mí me daban dos” del post anterior viene a que el chulo amable de la maleta ha encontrado el móvil con cuya pérdida inauguré la semana —menos mal que el disgusto se me pasó haciendo de secuestrador en la clase de Thèâtres Anciennes; que vaya manera de estudiar Plauto, tú. En fin, que el colega (o una de sus chicas) lo ha encontrado y me lo ha devuelto. La verdad es que mi madre está un poco que trina con eso de que, según ella, me haya hecho colega del tipo, pero con la tontería no le veo desde hace dos semanas, que ha sido a Paola a quien se lo dijo y a quien se lo ha dado.
Vamos, que al final yo, que cuando me da apago el móvil una temporada, ahora estoy con tres: dos franceses y uno español. Lo que hay que ver…
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